miércoles, 19 de abril de 2017

Myolastan, en el punto de mira de las autoridades

A petición de las autoridades francesas, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha puesto en marcha un procedimiento para revisar la seguridad de un popular relajante muscular, Myolastan, y todos los fármacos de esta misma familia que contengan tetrazepam.
La decisión de las autoridades comunitarias se produce después de que la Agencia gala del Medicamento detectase un elevado número de problemas cutáneos entre los usuarios de este medicamento, que se comercializa también en España nada menos que desde el año 1978.
Tetrazepam forma parte de una familia de medicamentos denominada benzodiazepinas, que actúan sobre el sistema nervioso central. Su nombre comercial más conocido es Myolastan (Sanofi Aventis), indicado para contracturas musculares dolorosas, tortícolis, lumbalgias, afecciones traumatológicas...
Según informa el diario 'Le Monde', la Agencia francesa del Medicamento (ANSM, según sus siglas originales) habría detectado desde 1969 más de 1.600 efectos adversos provocados por este relajante muscular. En total, 648 de esas notificaciones serían de carácter grave (incluidos 11 fallecimientos) y 805 están relacionadas con problemas cutáneos. Sólo en 2010 consumieron Myolastan más de tres millones de pacientes franceses; por lo que el comité francés de farmacovigilancia reconoce que las reacciones son "raras, pero muy graves". Suficientemente graves como para solicitar a la EMA la retirada del producto del mercado.
Como señala la EMA en un comunicado, el tetrazepam (que se toma por vía oral en forma de pastillas) podría estar relacionado con una serie de reacciones cutáneas graves, que van desde del llamado síndrome de Stevens Johnson (un eritema grave que afecta a la piel y a las mucosas, causando vesículas, úlceras y otras lesiones), la necrosis tóxica epidérmica (que puede generar la pérdida del 10-30% de la epidermis junto con la aparición de ampollas y otros síntomas que van desde la fiebre al dolor articular) y otras reacciones dermatológicas severas.
Por este motivo, la agencia comunitaria ha abierto un periodo de consultas con todos los países donde el medicamento se comercializa (incluido España), asociaciones de pacientes y especialistas para que notifiquen toda la información posible antes de tome una decisión.
En este sentido, fuentes del Ministerio de Sanidad han aclarado a ELMUNDO.es que se trata de "un procedimiento de arbitraje para revisar la relación beneficio-riesgo" e insisten en que los pacientes que estén tomando el medicamento pueden seguir haciéndolo con normalidad hasta que la EMA revise toda la información disponible y tome una decisión en los próximos meses.
De momento, el medicamento está sólo bajo revisión, no se ha retirado del mercado, aunque las autoridades galas sí han pedido a la EMA que revise su perfil de riesgo-beneficio y suspenda su autorización.
En el análisis preliminar de la EMA se indica que de los seis países en los que se comercializa el medicamento "la exposición es especialmente elevada en España"; seguida, "a menor nivel, de Francia y Alemania". De hecho, desde que la sanidad pública gala dejó de financiar el fármaco en 2011, su consumo en aquel país ha descendido un 36% (2,6 millones de pacientes lo tomaron en 2011).

La Agencia Europea del Medicamento suspende el uso del antidiabético Avandia

El Comité para Productos Médicos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha suspendido el uso del antidiabético Avandia porque "sus beneficios ya no superan a sus riesgos". Ahora, esta recomendación se comunicará a la Comisión Europea y, de ser aprobada, "podría estar fuera del mercado europeo en pocas semanas".
Por su parte, la FDA (agencia estadounidense del medicamento) ha anunciado que restringirá el fármaco y sólo lo permitirá en pacientes con diabetes tipo 2 que no pueden controlar su enfermedad con ninguna otra medicación. Además, ha exigido la realización de una revisión independiente sobre esta terapia.
"Tanto la EMA como la FDA hemos llegado a las mismas conclusiones sobre el riesgo pero no sobre la forma de afrontarlo: las legislaciones son distintas, los sistemas sanitarios también...", ha declarado Hans-Georg Eichler, portavoz y jefe de médico del CHMP.
La decisión de la EMA es una respuesta a los datos que indican que Avandia aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares y de ataques al corazón. Una resolución que llega 10 diez años después del inicio de este fármaco. "Es el tiempo que hemos necesitado para acumular la suficiente evidencia [...] La biología humana es muy compleja y nadie tiene la culpa de ello", ha explicado Hans-Georg Eichler, en conferencia telefónica.
Asimismo, Eichler ha indicado que en el caso de Avandia el efecto secundario que se ha estado estudiando, los episodios cardiacos, ya de por sí está bastante presente en los pacientes diabéticos: "Esto dificultó el saber si se trataba de una consecuencia directa del fármaco o no".
Ante la suspensión de la licencia para vender el fármaco en la UE, GSK, en palabras de Ellen Strahlman, directora médica de la compañía, ha declarado que están "haciendo un gran esfuerzo para asegurarnos que los médicos en Europa y EEUU dispongan de toda la información que necesiten para entender cómo le afectan estas decisiones a ellos y a sus pacientes". En esta misma línea, el CHMP ha subrayado que "no creen que desde GSK se estén ocultando datos".
Esta polémica comenzó en 2007, con la publicación de un estudio que advertía de los citados peligros. Desde entonces, varias investigaciones independientes han confirmado el incremento del riesgo cardiovascular mientras que los estudios aportados por la compañía lo desmentían.
La propuesta de suspensión también afecta a otros dos medicamentos que contienen el mismo principio activo que Avandia (rosiglitazona): Avandamet y Avaglim, de la misma firma.

Su uso en España

Según la agencia española del medicamento (AEMPS), "en la actualidad entre 60.000 y 80.000 pacientes están en tratamiento con alguno de estos tres medicamentos. Esto supone una pequeña proporción dentro de total de pacientes que utilizan antidiabéticos orales en España".
La AEMS destaca, además, que los pacientes no deben interrumpir "el tratamiento con rosiglitazona sin el correspondiente asesoramiento médico".
Aunque la recomendación parece bastante férrea, y todo parece indicar que la UE simplemente la reafirmará, el CHMP ha querido aclarar que "GSK podría darle la vuelta a esta situación si presenta datos lo suficientemente contundentes" y que avalen la seguridad de su producto.
Avandia, que llegó a ser el segundo producto más vendido de la farmacéutica GSK, se utiliza en pacientes con diabetes tipo 2 para controlar los niveles de glucosa en sangre. Actualmente, hay en el mercado una docena de productos con efectos similares a los que pueden recurrir los pacientes. Según ha destacado en un comunicado, "GSK dejará de promocionar Avandia en todos los países en los que está presente".

Vioxx, relacionado con hasta 140.000 muertes e infartos

El moderno antiinflamatorio Vioxx (rofecoxib) puede haber ocasionado entre 88.000 y 140.000 problemas cardiacos tan sólo en EEUU, según desvela un estudio en 'The Lancet'. El trabajo triplica el número de eventos cardiovasculares que inicialmente se asociaron al fármaco.
La agencia estadounidense del medicamento (FDA) había avanzado los resultados de este controvertido estudio en noviembre, después de que el fabricante de Vioxx (Merck Sharp & Dohme) se viese obligado a retirar mundialmente el fármaco debido a sus problemas cardiovasculares.
En el documento entonces publicado, se estimaba que el medicamento podría haber ocasionado casi 28.000 muertes e infartos de miocardio desde su salida al mercado, en 1999.
Sin embargo, la nueva versión del estudio (que ahora recoge la edición on line de 'The Lancet') da una cifra mucho más elevada. Los autores "estiman que entre 88.000 y 140.000 casos de graves cardiopatías pueden haber sido consecuencia del empleo de rofecoxib en lugar de otro antiinflamatorio no esteroideo sólo en EEUU", resume el editorial que acompaña a este trabajo. Asimismo, los autores consideran que muchos de estos casos fueron "fatales".
El cálculo se extrae de los riesgos cardiovasculares que han sugerido diversos estudios sobre el medicamento retirado. El nuevo trabajo, dirigido por David Graham (funcionario de la Oficina de Seguridad de Medicamentos de la FDA), ha constatado que las personas que estaban tomando rofecoxib tenían 1,34 veces más riesgo de sufrir un problema de este tipo, en comparación con los individuos que habían tomado un analgésico clásico en el pasado.
Asimismo, el trabajo desvela que este riesgo se hacía patente a los tres meses de consumir Vioxx, lo que "es consistente con la idea de que el riesgo empieza pronto con el tratamiento", reza el documento. El estudio que llevó a la retirada mundial de rofecoxib asociaba los riesgos a un consumo durante 18 meses o más, pues ahí fue cuando se hicieron patentes los problemas cardiovasculares.
Graham y su equipo han llegado a estas conclusiones tras revisar los datos de todas las personas adscritas a una aseguradora estadounidense que, entre 1999 y 2001, consumieron antiinflamatorios (tanto los clásicos como los modernos COX-2). Sin embargo, no le ha resultado fácil publicar su investigación.
Un estudio rodeado de controversia
Tras la retirada de Vioxx, Graham preparó un resumen del estudio que fue colgado en la web de la FDA. "Este documento fue preliminar y ha sido una fuente de controversia dentro de la agencia", aclara Graham en el artículo recién recogido en 'The Lancet'.
El investigador ya había solicitado su publicación en 'The Lancet' hace tiempo, pero tuvo que retirar la petición inicial después de que los directivos de la agencia dijesen que no habían recibido la autorización adecuada. Graham les reprochaba su retraso en decidir si aprobaban la publicación del estudio en la revista británica. Al final, los superiores de Graham le dieron permiso a comienzos de este mes.
Críticas a la FDA
Y es que la FDA se ha visto seriamente afectada por el caso Vioxx, acusada de ser incapaz de velar por la seguridad de los consumidores de medicamentos. Así lo deja patente otro editorial publicado hoy, en este caso en la revista 'Archives of Internal Medicine', que también recoge varios estudios sobre los inhibidores de la COX-2. "La estrategia de la agencia para vigilar los fármacos tras su salida al mercado no está funcionando adecuadamente", comenta.

¿Efecto de clase?
Además de las 'deficiencias' de la FDA, el comentario recogido en 'The Lancet' desgrana otras 'lecciones' que es preciso aprender del caso Vioxx, como la necesidad de estudios independientes o el exceso de entusiasmo en torno a las nuevas tecnologías.
"El 'bombo' por la llegada de los 'coxibs' persuadió a muchos especialistas de que debían promocionar promover el empleo de un fármaco que, en Reino Unido, cuesta a las arcas públicas 10 veces más que los antiinflamatorios clásicos", precisa.
La seguridad de los demás 'coxibs' aún no parece aclarada. El estudio de Graham desvela que los usuarios de celecoxib (Celebrex) no tenían un exceso de problemas coronarios. De hecho, los consumidores de rofecoxib tenían un riesgo 1,47 veces (si tomaban una dosis baja) y 3,58 veces mayor (con la dosis alta), en comparación con los consumidores de celecoxib.
Sin embargo, Graham recuerda que un estudio reciente sí ha detectado problemas coronarios con dosis altas de celecoxib. Otros 'coxibs' también han registrado problemas de este tipo, así que estima que "serían útiles datos adicionales de ensayos clínicos [sobre inhibidores de la COX-2] con pacientes con enfermedad cardiovascular".
"Ahora les toca a los fabricantes, bajo la cuidadosa revisión de las autoridades reguladoras, proporcionar la evidencia de que esta clase de fármacos es segura, si es necesario realizando estudios que directamente estudien específicamente su morbilidad cardiovascular", concluye el comentario de 'The Lancet'.

martes, 9 de septiembre de 2014

Hasta el 95% de la investigación en psicología pueden ser falacias sin rebatir

La gran mayoría de los estudios no son puestos a prueba por grupos de investigación independientes, haciendo imposible saber si lo que afirman es cierto extraido de http://esmateria.com/2013/01/30/hasta-el-95-de-la-investigacion-en-psicologia-pueden-ser-falacias-sin-rebatir/

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Tomar vitamina E para reducir el riesgo de dolencias del corazón o ingerir una aspirina al día para controlar la presión sanguínea son dos consejos que se han podido escuchar en consultas médicas. Ambas recomendaciones estaban sustentadas por estudios científicos que aparecieron en revistas científicas de prestigio y que eran considerados de referencia por muchos investigadores. Sin embargo, estudios posteriores más amplios mostraron que estos tratamientos no eran efectivos. La medicina moderna apoyada en la ciencia ha demostrado su capacidad para curar enfermedades frente a las que las medicinas tradicionales, algunas milenarias, se habían mostrado impotentes. Pero también ha tenido que reconocer las limitaciones que muestran todos los frutos del intelecto humano cuando se les pone a prueba frente a la realidad y no se les protege con el velo de la magia.
Pioneros de la psicología, en 1909. Delante, Sigmund Freud, G. Stanley Hall y Carl Jung. Atrás, Abraham A. Brill, Ernest Jones, Sándor FerencziAmpliar
Pioneros de la psicología, en 1909. Delante, Sigmund Freud, G. Stanley Hall y Carl Jung. Atrás, Abraham A. Brill, Ernest Jones, Sándor Ferenczi /
En un artículo reciente, el investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Standford John Ioannidis calculaba que “la prevalencia de las falacias sin rebatir pueden representar hasta un 95% (si no más) de los hallazgos significativos en algunas áreas de la investigación en psicología”. Ioannidis creció en Atenas y mantiene un discurso digno de los filósofos griegos de la Antigüedad. “La ciencia trata de acercarse a la verdad lo más posible y no de obtener resultados espectaculares pero erróneos”, afirma en su artículo en el que pide que se dé a la búsqueda de la verdad la máxima prioridad.
Un estudio afirma que hasta el 90% de los estudios que sirven como orientación para diagnosticar enfermos son defectuosos
Su trabajo es un aldabonazo más en la conciencia de los científicos desde que en 2005 publicó un estudio en el afirmaba que hasta el 90% de los estudios utilizados por los médicos para orientar sus diagnósticos eran defectuosos. Desde entonces, una mayoría de los científicos, en lugar de mostrarse ofendidos por las advertencias de Ioannidis, han acogido con interés sus trabajos y lo han convertido en uno de los investigadores más citados de su área.
En ese trabajo explica que, debido a la propia forma de plantear los estudios y diseñarlos, con muestras demasiado pequeñas para probar la efectividad de un tratamiento  y una gran cantidad de sesgos agudizados por factores como las posibilidades de obtener financiación o ser publicados en revistas de mayor prestigio, la ciencia está abandonando la búsqueda de la verdad por la producción de resultados espectaculares, financiables, publicables, pero muy poco útiles.
Uno de los aspectos que muestran las costuras de buena parte de la investigación biomédica es la baja tasa de resultados obtenidos en un laboratorio que se pueden repetir en otro independiente, algo fundamental para comprobar si una afirmación es cierta. Como se recuerda en el MIT Technology Review, el año pasado la empresa biotecnológica Amgen explicó en la revista Nature cómo sus investigadores habían sido incapaces de reproducir 47 de 53 resultados muy prometedores para el tratamiento de enfermedades de la sangre y del cáncer, y un año antes, la farmacéutica Bayer publicaba en ese mismo medio que no había podido replicar dos terceras partes de una serie de estudios que identificaban dianas para tratamientos.

«Es una parte fundamental de la ciencia, ser consciente de las limitaciones, reconocer los errores y corregirlos»


ANTONI ANDREU
Subdirector general de Evaluación y Fomento de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III
“Este problema viene porque muchas veces se realizan investigaciones muy individualizadas y para ver un efecto concreto”, explica Ferrán Torres, director de la Plataforma de Bioestadística y Gestión de Datos del IDIBAPS-Hospital Clinic. “Esta investigación diseñada con un objetivo tan particular no se va a poder replicar”, añade. Torres enfatiza que no se trata de una cuestión de fraude científico sino de realizar estudios que puedan cumplir objetivos concretos para satisfacer a la industria farmacéutica, donde está el dinero, y a la evaluación pública y la publicación de artículos científicos, que es donde se encuentra la carrera y el prestigio de un investigador. “Todo el mundo debe ser consciente de ello para poder mejorarlo”, señala.
La presión para obtener resultados novedosos y espectaculares que luego puedan recibir financiación ha llevado también a que pierda interés algo tan poco llamativo, pero tan necesario, como intentar repetir los resultados de otros equipos. En su artículo, Ioannidis asegura que la gran mayoría de los supuestos descubrimientos de la ciencia en psicología no han sido replicados y que, en el mejor de los casos, son los propios científicos que obtuvieron el resultado los que publican una confirmación.

La presión dificulta la revisión de artículos

Antoni Andreu, subdirector general de Evaluación y Fomento de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III, el principal organismo que gestiona la investigación biomédica en España, cree que el problema de la replicación de los estudios “es antiguo”, pero “se ha visto hiperdimensionado porque la capacidad de publicar se ha multiplicado”. Andreu considera que “la revisión por pares (el sistema de análisis por otros expertos que determina qué artículos se publican o se financian y cuáles no) es razonablemente buena, pero hay que ser conscientes de que existe un margen de error”.  En este sentido, explica que para mejorar estas revisiones serían necesarios muchos recursos. Hasta ahora, los investigadores que llevan a cabo esa tarea lo hacen normalmente de forma altruista y el incremento de las publicaciones y de la presión por publicar está limitando el tiempo que se puede dedicar a ese trabajo.
El autor advierte de que si no se toman las medidas adecuadas la ciencia no se corregirá a sí misma y puede retroceder
Pese a que tanto Torres como Andreu creen que hay una cantidad importante de estudios que no se pueden replicar, ambos reconocen que no existen estadísticas sobre cuál es la dimensión exacta del problema para poder empezar a corregirlo. Para combatir esta debilidad de la ciencia, Ioannidis recomienda en su artículo mejorar la valoración de los trabajos de replicación en las revistas científicas y separar el trabajo de exploración del de confirmación de los resultados. En este sentido, Andreu cree que hay que mejorar la capacidad para evaluar el impacto de los estudios publicados gracias a la financiación pública y recuerda que el nuevo Plan Nacional de I+D+i incluirá por primera vez una mención a las evaluaciones a posteriori de los estudios. Además, el Horizonte 2020, el programa de la UE para fomentar la investigación y la innovación en Europa, ha colocado la evaluación del impacto de la ciencia solo por detrás de la excelencia dentro de sus prioridades, algo que no sorprende después de saber que la mitad de los estudios de salud pagados por la UE no publica sus resultados. El problema es que, como reconocen los gestores de la investigación biomédica, este tipo de trabajos de control a posteriori, que aún ni se consideran, requieren una gran cantidad de recursos justo ahora cuando más escasos son.
En su artículo, Ioannidis advierte de que, pese a lo que muchos creen, si no se toman las medidas adecuadas, la ciencia no se corregirá a sí misma y puede retroceder. El profesor de Standford compara lo sucedido cuando se quemó la biblioteca de Alejandría con la pérdida de credibilidad y de documentación fiable provocada por la ingente producción de investigación a la que no se somete a las mínimas pruebas de calidad. Andreu es más optimista y opina que la detección de los errores como los que publica el investigador griego deben ser un acicate. “Es una parte fundamental de la ciencia, ser consciente de las limitaciones, reconocer los errores y corregirlos. Es importante equivocarse”, concluye.

miércoles, 26 de marzo de 2014

martes, 26 de noviembre de 2013

Antiguamente el manual de psiquiatria DSM consideraba la homosexualidad una enfermedad

La homosexualidad (del griego ὁμοhomo «igual», y del latín sexus «sexo») es una orientación sexual que se define como la interacción o atracción sexual, afectivaemocional y sentimental hacia individuos del mismo sexo.1 Etimológicamente, la palabra homosexual es un híbrido del griego homós (que en realidad significa «igual» y no, como podría creerse, derivado del sustantivo latino homo, «hombre») y del adjetivo latino sexualis, lo que sugiere una relación sentimental y sexual entre personas del mismo sexo, incluido el lesbianismo.2
A pesar de que el término gay (que en inglés anticuado significa «alegre») suele emplearse para referirse a los hombres homosexuales y el término lesbiana para referirse a las mujeres homosexuales, gay es un adjetivo o sustantivo que identifica a las personas homosexuales sin importar su género. Desde 1973, la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad no es una enfermedad. Sin embargo, la situación legal y social de la gente que se autodenomina homosexual varía mucho de un país a otro y frecuentemente es objeto de polémicas.
El término homosexual fue empleado por primera vez en 1869 por Karl-Maria Kertbeny,3 4 pero fue el libro Psychopathia Sexualis de Richard Freiherr von Krafft-Ebing el que popularizó el concepto en 1886.4 Desde entonces, la homosexualidad se ha convertido en objeto de intenso debate y estudio: inicialmente se catalogó como una enfermedadpatología o trastorno que había que curar, pero actualmente se entiende como parte integral necesaria para comprender la biologíagenéticahistoriapolíticapsicología y variaciones culturales de las identidades y prácticas sexuales de los seres humanos.

martes, 5 de noviembre de 2013

¿Es realmente fiable la ciencia?, Casi 200 engaños y un total de 742 retractaciones de científicos en nueve años

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=22937

Por invención o artificio, error científico u otras causas, la retirada de artículos publicados en revistas de prestigio como Nature, The Journal of Medical Ethics, The New England Journal of Medicine o Infection and Immunity se han multiplicado por 60 entre 2000 y 2009
Víctor Ruiz
“No se presta atención a la calidad de la investigación […] Todos los científicos que conozco están tan nerviosos por su financiación que no son modelos de conducta inspiradores”. Son palabras de Ferric C. Fang, redactor jefe de la revista Infection and Immunity, publicación especializada en microbiología, ante el espectacular incremento de retractaciones en el mundo científico.

De hecho, en el periodo comprendido entre el año 2000 y el 2009, las retractaciones de científicos, bien sea por engaño o invención, error científico u otras causas, se han multiplicado por sesenta. Y estamos hablando de la retirada de artículos publicados en revistas de prestigio como NatureThe Journal of Medical EthicsThe New England Journal of Medicine o la citada Infection and Immunity.

Como se puede observar en la siguiente tabla, elaborada a partir de los datos de The Journal of Medical Ethics publicados en el diario The New York Times, en el periodo analizado se produjeron un total de 742 retractaciones de científicos. De ellas, 196 lo fueron por engaño o invención, 235 por error científico y 311 por otras causas.

El año 2000 solo hubo tres retractaciones. Tres años más tarde, en 2003, fueron 40; y en 2005 hubo 50 retiradas de artículos. La cifra anual de retractaciones creció más del doble en 2007 (110), y se elevó hasta 180 en 2009.

Ante estos datos, cabe preguntarse si es realmente fiable la ciencia en las circunstancias actuales. Y es que la ciencia, que ha sido presentada siempre como un reducto de veracidad, se ha convertido cada vez más en un lugar desde donde se engaña si no se es descubierto.

Algunos ‘prestigiosos’ ejemplos

Entre algunas de las causas del incremento de retractaciones, según un estudio elaborado por Ferric C. Fang, destacan la urgencia de publicar y conseguir dinero de becas. Tanto es así que las retractaciones no solo han aumentado de forma alarmante, sino que forman parte de un problema mucho más profundo: “un síntoma de un ambiente científico disfuncional”, dice el redactor jefe de Infection and Immunity.

El mayor porcentaje de retractaciones que Fang detectó en su estudio, elaborado conjuntamente con Arturo Casadevall, de la Escuela de Medicina Albert Einstein, de Nueva York, corresponden a la revista médica de primera fila The New England Journal of Medicine.

Pero también en la revista que él dirige descubrió que uno de sus autores, Naoki Mori, de la Universidad del Ryukyus, en Japón, había falsificado al menos seis artículos, que fueron retirados. A partir de su decisión, otras revistas científicas han retirado un par de docenas de artículos del mismo autor. “Nadie se había dado cuenta de que todo estaba podrido”, denuncia Fang.

Por su parte, la revista Nature también informó en octubre de 2011 de que la retirada de artículos publicados se había multiplicado por diez en la última década, mientras que el número de textos científicos solo había crecido un 44%.

Otro tanto ha sucedido en The Journal of Medical Ethics, que en 2010 publicaba un estudio en el que se constataba la avalancha de retractaciones por mala conducta o errores no intencionados.

Declive de los valores

La conclusión que se puede extraer de todo ello es que los científicos, a diferencia de lo que muchos quieren hacer pensar, son personas como las demás, y están sujetas por tanto al sistema de valores del conjunto de la sociedad.

Una sociedad que, a día de hoy, ha destruido los valores de la cultura tradicional occidental, las virtudes aristotélico-tomistas, y las ha sustituido por el hiperindividualismo y la satisfacción propia, a costa de lo que sea.

Esto se manifiesta en todos los ámbitos de la vida, y uno de ellos es precisamente el mundo científico, donde se lleva ya algún tiempo aplicando el “engaña si puedes” en aras del triunfo fácil.
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4 Comentarios:
Dr. M. Ruiz Espejo
También depende a veces todo del que denuncia. En mi currículum hace años cuando encontraba un resultado exactamente igual a algo que yo publiqué, o algo fácilmente deducible, antes lo refería como recensión o confirmación de mi trabajo. Sin embargo una vez que demostré un resultado del que no conocía otra demostración, pero que por lo visto estaba ya enunciado, publicaron sin mi consentimiento un "erratum" con la intención de dejar en evidencia a los autores de la única demostración que conozco del resultado. Esto se puede ver en la revista Statistical Papers (volúmenes 49 y 50) donde se utilizó mi nombre y mi firma (en vol. 50) cuando no dí mi consentimiento pues no había "erratum" alguna.
ubaldo enrique
Las virtudes aristotélico-tomistas huelen al tufo de los dogmatismos propios de la religión que se infiltran en la ciencia para hacerlos parecer reconciliables con ella. Un llamado rescatar los " valores cristianos" es lo que plantea el escritor. Vladría la pena hacer un estudio sobre cual es la religión de los que engañaron a las revistas y compararlos con un grupo control formado por ateos que publican.
Prof. Dr. Francisco Balart
El problema existe y es preocupante. Pero anima constatar que los mecanismos de detección y denuncia funcionan. Eso es lo importante. Una comunidad científica alerta y crítica es la mejor defensa de la sociedad en este campo del saber humano.
Javier López
Tampoco le podemos echar toda la culpa a los científicos de su incompetencia, sino que la misma ciencia es en si misma incompleta. Todas sus deducciones están basadas en la lógica matemática (de segundo orden) y tal como demostró Gödel en 1931 hay afirmaciones que son a la vez verdaderas y falsas, otras que son falsas y sus contrarias también etc. Después de Gödel ha quedado establecido que lo demostrable y la verdad son dos conceptos que no son equivalentes. Un varapalo enorme para la ciencia. Me remito a lo que escribí y que ForumLibertas publicó en http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=19174